En la desembocadura del río Duero, Oporto está encaramada en la margen derecha del río y es una ciudad llena de vida y de rincones maravillosos. Sus siglos de historia han dejado huella, y pasear por sus callejuelas entre casas barrocas e iglesias góticas es solo uno de los muchos placeres que ofrece, sin olvidar los suculentos vinos a los que dio nombre.
Cosas que hacer en Oporto
Nombrado patrimonio mundial por la Unesco, el barrio de la Ribeira es el casco histórico de la ciudad, andando por sus calles empedradas llegarás hasta la enorme catedral de Oporto. Muy cerca, merece la pena visitar la sorprendente iglesia de São Francisco, lo que por fuera parece un austero edificio, por dentro se convierte en el más fastuoso ejemplo de arte barroco. Este barrio está lleno de cafés y restaurantes donde degustar la gastronomía local, un buen plato de tripas à moda do Porto puede ser una buena opción en invierno y, durante todo el año, una copa de oporto nunca falla.
Cambiando al barrio de Baixa, una zona muy animada de la ciudad, encontramos la Torre de los Clérigos, esta preciosa torre es un punto de referencia de la ciudad y además ofrece unas vistas espléndidas si decides subir sus 240 escalones. Si seguimos hacia el norte, llegaremos a la zona de la avenida de Aliados, un lugar de encuentro para los tripeiros (oriundos de Oporto) con tiendas, cafés, galerías… aquí podrás visitar el famoso Mercado do Bolhão y no te puedes perder la fantástica Livraria Lello, una librería neogótica de cuento.
Finalmente, un paseo por Cais da Ribeira hacia el puente de Dom Luís I es una forma romántica y perfecta de terminar el día.
Cómo moverse por Oporto
La escala del casco antiguo y los barrios aledaños permite desplazarse andando, pero si necesitas abreviar, el metro de Oporto es la mejor opción de transporte. Para llegar desde cualquier ciudad europea es fácil con el aeropuerto Francisco Sá Carneiro.