Los 3000 años de historia que esta ciudad ha visto pasar han dejado su huella, pero Alicante es una ciudad moderna además de tradicional. La belleza de sus áridos paisajes interiores forma una combinación perfecta con el profundo azul de sus costas y es una ciudad volcada al mar desde siempre.
Cosas que hacer en Alicante
Aunque Alicante suele ser un destino clásico de playa, también merece la pena recorrer los callejones del barrio de Santa Cruz y pasear entre sus pintorescas casitas, ermitas y frescas plazoletas. Antes de bajar a la playa, no te olvides de pasar por el Mercando Central, un bonito edificio modernista lleno de vida, aromas y sabores deliciosos.
Y como seguro que no puedes dejar de pensar en la playa, dirígete a la cala Cantalar y báñate en sus transparentes aguas, o cruza en barco hasta la isla de Tabarca para una dosis brutal de Mediterráneo; no podrás salir de esta isla preciosa y llena de historia sin probar el típico caldero tabarquino y sin hacer esnórquel, no en vano fue la primera Reserva Marina de España.
Desde el puerto deportivo de la ciudad se tienen unas vistas espléndidas del castillo de Santa Bárbara, especialmente por la noche, cuando está iluminado. Y para iluminación, la de las Hogueras de San Juan, esta fiesta, considerada de Interés Turístico Internacional, se celebra a finales de junio y es toda una oda al fuego que culmina con los fuegos artificiales de la playa del Cocó.
Cómo moverse por Alicante
El aeropuerto de Alicante se encuentra a escasos 20 minutos del centro de la ciudad y se puede llegar con autobuses directos. Para moverte por la ciudad, tienes a tu disposición una cómoda red de transporte público con tranvías y autobuses urbanos y también interurbanos, por si quieres salir de Alicante.