La capital cántabra siempre ha estado volcada al mar, su herencia marinera se respira en todos los rincones de una ciudad hermosa, amable y querida, a la que no le falta de nada. Piérdete en sus calles, su naturaleza, sus playas… y deja que su cultura y su esencia te llenen, como la brisa del mar que inunda la bahía.
Cosas que hacer en Santander
Uno de los puntos más icónicos de Santander es el Palacio de la Magdalena, este gallardo edificio de estilo inglés, construido a principios de siglo XX, está enclavado en una pequeña península, justo donde la bahía se abre al mar, en un precioso entorno natural de bosques, playas y escarpados acantilados. Hacia el norte, encontrarás la ensenada de El Sardinero, con la playa de más renombre de la ciudad.
Las calles del centro de Santander bullen en verano con las numerosas actividades culturales de una ciudad activa y moderna. Allí encontrarás museos para todos los gustos, desde el de Prehistoria hasta el de arte contemporáneo, pasando por la interesantísima Biblioteca y Casa-Museo de Menéndez Pelayo.
No te olvides de la catedral y de otro de los mejores atractivos de Santander: la comida.
Puedes comenzar desde el principio, en los mercados; visita el de la Esperanza, un edifico modernista precioso, o el mercado del Este, donde los lugareños bullen entre mariscos, pescados frescos y productos de la tierra. Para los que prefieren que se lo den ya hecho, no dudes en adentrarte en el barrio pesquero y morir de placer con un arroz con bogavante, y de colofón, un orujo de Liébana.
Cómo moverse por Santander
No hay mejor forma de conocer Santander que caminando, recorrerla a pie es factible, y siempre dispones de autobuses urbanos o del servicio de préstamo de bicicletas si te apetece moverte más rápidamente. Para llegar a la ciudad, todos los medios de transporte están a tu alcance; avión, trenes regionales y de larga distancia, autobuses, ¡e incluso barcos!