Apodada “la ciudad de las tres culturas” por la convivencia de cristianos, árabes y judíos durante la Edad Media, la antigua ciudad de Toledo trepa por una colina a la orilla del río Tajo. Esta riqueza la convierte en una maravilla histórica, que mezcla sin complejos un ambiente moderno y multicultural con callejuelas empedradas, fortalezas e iglesias.
Cosas que hacer en Toledo
El epicentro de Toledo es la famosa plaza de Zocodover, cobijada bajo la sombra del imponente Alcázar. Desde ahí irradian multitud de calles que conforman el laberinto que es esta ciudad, lleno de plazas y rincones por descubrir. Aquí, no olvides degustar los famosos mazapanes de la pastelería Santo Tomé, que siguen una receta centenaria.
Es difícil elegir una iglesia o monumento al que entrar en Toledo, pues van apareciendo por doquier en cada esquina. La catedral es sin duda una visita obligada, de un impresionante estilo gótico, por dentro no te puedes perder el famoso Transparente; lo mejor es visitarlo por la mañana, cuando la luz ilumina magníficamente esta obra escultórica barroca.
Para completar el trío de culturas, no hay que olvidarse de las sinagogas de Santa María la Blanca y la del Tránsito, esta última, que además acoge el Museo Sefardí, cuenta con unas yeserías y un artesonado mudéjares magníficos. Finalmente, visita la iglesia del Cristo de la Luz, anteriormente una mezquita, la mejor conservada de las diez que tuvo la ciudad.
Para darte un respiro, aventúrate en los escondidos bares, no te pierdas el Círculo de Arte, una iglesia desacralizada donde tomarte una copa o incluso ver una obra de teatro, o relájate en una terraza con preciosas vistas al Tajo.
Cómo moverse por Toledo
Dada la naturaleza del trazado de Toledo, lo mejor y más recomendable es recorrerla a pie, entrar con el coche en sus estrechas callejuelas puede ser todo un problema. Para llegar a la ciudad, lo más fácil es desde Madrid, que está a solo 30 minutos en el AVE.