Lo que antiguamente fue un pequeño pueblo pesquero es hoy una importante urbe llena de hoteles y restaurantes. Como núcleo turístico por excelencia en el Algarve, Albufeira es un destino en el que dejarse llevar por el tranquilo ritmo del día en hermosísimas playas y por el frenético ambiente nocturno que agita sus calles.
Cosas que hacer en Albufeira
El antiguo núcleo de Albufeira conserva sus sinuosas calles, huella de su pasado morisco, y sus pintorescas casas encaladas. Aquí podrás degustar la cocina local, especialmente los pescados frescos a la brasa o en cataplana, un guiso propio de la región. En esta zona también podrás ver en plena ebullición la afamada vida nocturna de la ciudad en bares y discotecas.
Sin embargo, el principal atractivo de Albufeira es, por supuesto, sus playas. Las hay tanto naturales como urbanas, comenzando al oeste con las blancas dunas de Salgados hasta la larguísima playa de Falésia al este, bordeada de escarpados acantilados en tonos dorados y ocres. Puedes ir a la animada playa de Penecos o acudir a la más tranquila de São Rafael y, eso sí, no te pierdas la oportunidad de hacer esnórquel en sus aguas.
También merece la pena adentrarse en las tierras interiores de Albufeira, con sus paisajes de almendros y naranjos. ¿Por qué no hacer una excursión al castillo de Paderne y su puente medieval? Otro atractivo de la zona es la ermita de Nossa Senhora da Orada, que cada 14 de agosto celebra sus fiestas, y los pescadores marchan en una espectacular procesión de barcos en honor a su patrona.
Cómo moverse por Albufeira
El centro de la ciudad es pequeño y además sus estrechas calles obligan a recorrerlo a pie. Para moverte por el resto del municipio y la costa, dispones del transporte público de autobuses, pero lo más cómodo es alquilar un coche y explorarla con libertad.