Anclada en su casco antiguo medieval, Múnich es una ciudad cautivadora conocida mundialmente por la celebración anual del Oktoberfest. Su cerveza es fantástica, pero no es la única virtud de Múnich. La ciudad también alberga numerosos museos y galerías, además de una impresionante arquitectura y unas profundas raíces bávaras.
Cosas que hacer en Múnich
Para muchos, Múnich significa una sola cosa: Oktoberfest. Cada año, millones de personas acuden a la ciudad para celebrar su amor compartido por la cerveza. Incluso aunque no vayas en octubre, es fácil sumergirse en la cultura cervecera de Múnich; la ciudad está repleta de grandes cervecerías (bierpalast) y jardines, como la legendaria Hofbräuhaus, que lleva tirando jarras desde 1589.
Pasa unas horas explorando el casco antiguo, párate a admirar lugares como el Palacio de la Residencia de Múnich, el Teatro de Cuvilliés, el Antiguo Ayuntamiento y la catedral (Frauenkirche). Para descansar, relájate al sol en la terraza de un café antes de ir a Marienplatz para escuchar el repique del célebre glockenspiel.
Múnich es apreciada por su arte y su cultura, lo que quiere decir que hay de todo para mantener ocupados a los aventureros urbanos. El Deutsches Museum celebra la ciencia y la tecnología, mientras que el Museo BMW es imprescindible para los amantes del motor.
Admira las obras maestras de la Alte Pinakothek y la Neue Pinakothek, y luego pásate al arte contemporáneo en la Pinakothek der Moderne. Finalmente, recupera el aliento en el Englischer Garten (jardín inglés), con sus prados verdes, sus serpenteantes carriles bici e incluso un jardín-cervecería junto a un lago.
Cómo moverse por Múnich
Alemania es un líder mundial en transporte público, y Múnich no es la excepción. Allí dispondrás de un sistema de transporte eficiente, con trenes, metro, tranvías y autobuses que recorren toda la ciudad. Algunas zonas del casco antiguo están peatonalizadas, por lo que a menudo ir a pie es la mejor opción.