Tallin es la encantadora capital de Estonia, una ciudad de cuento de hadas llena de palacios barrocos e iglesias antiguas. La ciudad presume de tener uno de los centros históricos hanseáticos mejor conservados del mundo, además de una atractiva costa salpicada de playas de arena y paseos peatonales.
Cosas que hacer en Tallín
El casco antiguo es una mezcla de arquitectura de los siglos XIV y XV, con calles empedradas por las que deambular y paredes medievales a contemplar. Pasea tranquilamente por esta zona, parando a ver las tiendas o tomándote un respiro en una de sus cafeterías.
Si quieres pasar una mañana cultural, dirígete al Museo de Arte Kumu. Este museo es el centro artístico y cultural de Estonia y alberga obras contemporáneas y del siglo XV. Llega temprano para evitar las multitudes y disfrutar de las exposiciones tranquilamente.
Una vez de vuelta al centro de la ciudad, haz un recorrido por los diferentes monumentos, comenzando por el Kiek in de Kok, una torre defensiva del siglo XV. Desde aquí, camina hasta el Ayuntamiento, un edificio gótico del siglo XIII situado en una plaza histórica. Continua tu recorrido por la historia dirigiéndote a la Iglesia de San Nicolás y la Iglesia de San Olaf, dos hermosas estructuras medievales.
Si buscas las mejores vistas panorámicas de la ciudad, entonces no puedes perderte la Plataforma Kohtuotsa, ubicada en el lado norte de la colina de Toompea. No olvides traer tu cámara para inmortalizar las espectaculares vistas sobre los tejados rojos del casco antiguo de Tallin.
Cómo moverse por Tallín
El aeropuerto de Tallin está a 15 minutos al sur de la ciudad. Es fácil moverse a pie por el centro, aunque dispones de una red de autobuses, trolebuses y tranvías para explorar las zonas más alejadas y los alrededores.