El pequeño pueblo de Llafranc es uno de los destinos con más encanto y prestigio de la Costa Brava catalana. Situado en la pequeña bahía de Llafranc, esta pintoresca localidad cuenta con una bonita playa de arena, un pequeño puerto y el espectacular Cabo de Sant Sebastià, con unas vistas privilegiadas al mar.
Cosas que hacer en Llafranc
Pasa un día tumbado bajo el sol en la deliciosa playa de Llafranc, levantándote solo para tomar algo en alguno de sus chiringuitos. Por la tarde puedes pasear por el paseo marítimo hasta el puerto, con pequeñas y coloridas embarcaciones de pescadores, y sentarte a disfrutar de las vistas en alguna terraza frente al mar.
Sube caminando desde el puerto hasta el Cabo de Sant Sebastià, que cuenta con un faro, una torre defensiva y una capilla, pero, sobre todo, con unas vistas espectaculares a ambos lados de la costa. Aquí además encontrarás las ruinas de un poblado ibérico prerromano con paneles explicativos.
Si te gusta el senderismo y quieres ver paisajes espectaculares es muy recomendable realizar el Camino de Ronda desde el Cabo de Sant Sebastià hasta la playa de Tamariu. Este antiguo sendero pasa por la línea de la costa y por calas como Cala Pedrosa, ideal para refrescarse en sus aguas cristalinas si el calor aprieta.
Cómo moverse por Llafranc
Puedes moverte por Llafranc y llegar a las calas cercanas caminando, y dispones de un servicio de autobús hasta el municipio de Palafrugell. Aun así, es recomendable disponer de vehículo privado para seguir la ruta por los bonitos pueblos de la Costa Brava. El aeropuerto de Girona está a 50 km y el de Barcelona, a 138 km.