Dublín es una capital relativamente pequeña y, aun así, la mayoría de visitantes ni se dan cuenta, absortos en la inmensa cultura, historia, ocio y el craic que la ciudad ofrece. La palabra craic se utiliza en Irlanda para decir “diversión”, y de esto no te va a faltar cuando ahondes en la cultura tradicional irlandesa, la arquitectura georgiana y el encanto de la costa de Dublín. Desde los animados pubs irlandeses hasta los impresionantes museos y los simpáticos locales, esta ciudad tiene una personalidad desbordante.
Cosas que hacer en Dublín
Considerada una parada ineludible, la Guinness Storehouse te enseñará la historia de uno de los mayores tesoros de Irlanda y cómo servir la pinta perfecta de “oro negro” antes de dejarte disfrutar de tu logro en el Gravity Bar con unas impresionantes vistas de la ciudad. Por otro lado, tomar algo en la zona de Temple Bar es todo un rito de iniciación, allí encontrarás la combinación perfecta de pubs, música en directo y joviales lugareños.
Compra hasta caer rendido por toda Grafton Street hasta llegar a St Stephen’s Green, un extenso parque lleno de tapices florales y senderos bordeados de árboles. Para los que buscan referencias culturales, unas visitas a la Galería Nacional y al Museo Nacional de Irlanda ofrecerán una valiosa muestra de los antiguos tesoros de la Irlanda medieval.
Dublín atrae a los amantes de la historia y acoge a la universidad más antigua de Irlanda, el Trinity College. Es aquí donde podrás contemplar el maravilloso manuscrito del Libro de Kells, que data del siglo IX. Puedes visitar también el castillo de Dublín, del siglo XIII, como todo un reflejo de la propia historia de la ciudad, ya que ha pasado de servir como mazmorra para prisioneros políticos a sede del Parlamento.
La catedral de la Santísima Trinidad y, muy cerca, la catedral de San Patricio, merecen una visita, mientras que un buen paseo subiendo las colinas de Dalkey y Kiliney te dejará tomarte un bonito respiro de la ciudad con unas vistas panorámicas espectaculares. Si quieres hacer una excursión fuera de Dublín, no olvides la cámara y vete a explorar el famoso castillo de Blarney y los acantilados de Moher, ambos a unas tres horas en coche de Dublín.
Cómo moverse por Dublín
Moverse a pie por Dublín es fácil gracias al tamaño compacto de la ciudad y a la distancia que hay entre los lugares de interés. También dispones de autobuses y tranvías que realizan numerosas rutas por toda la ciudad. La línea de tren costera, llamada DART, es el transporte ideal para visitar los pueblos cercanos en la costa.