A pesar de ser la puerta de entrada por aire a la turística región del Algarve, su capital Faro se mantiene al margen del turismo de masas y conserva un ambiente inequívocamente portugués.
Cosas que hacer en Faro
El pintoresco casco histórico de Faro, rodeado por unas antiguas murallas árabes, se alza en torno a la catedral del s. XIII. Durante el terremoto de 1755 sufrió graves daños y tuvo que ser reconstruida en parte, por lo que hoy muestra una mezcla de estilos gótico, renacentista y barroco. Después de la visita al interior de la iglesia puedes subir a la torre para disfrutar de las vistas de la ciudad y de las islas del estuario.
¿Te apetece tomar el sol en una “isla desierta”? El centro urbano de Faro no tiene playa, pero enfrente suyo se encuentra el Parque Natural da Ria Formosa, formado por islas y lenguas de arena. Sube a uno de los ferris que salen del muelle de la ciudad para descubrir la Ilha da Barreta, conocida como Ilha Deserta. Por el camino tendrás unas vistas privilegiadas de la costa, además de poder avistar aves poco habituales.
Merece la pena también dar una vuelta por el impresionante y moderno Mercado Municipal, aprovechar para ver los productos locales, comprar algo y sentarse en una terraza a tomar un café o a comer en alguno de sus restaurantes.
Cómo moverse por Faro
El aeropuerto de Faro es el principal aeropuerto del Algarve y se encuentra a 7 km de la ciudad. Faro cuenta con estación de trenes y de autobuses con servicios regulares a las poblaciones de los alrededores, aunque es muy recomendable disponer de vehículo propio para poder hacer la ruta por libre.